sección: UNA HISTORIA DE ESTE LUGAR

" Mi recuerdo es de un día que debe haber sido domingo, cuando en casa de unas familias que vivían acá atrás, como a 80 metros, explotó un tanque de gas, de los de 20 litros. De pronto estábamos muy conchas en la casa cuando se escucha un estallido super fuerte, se siente viento veloz , y todo tiembla. Apenas salíamos a ver y del cielo venían cayendo muchos pedazos de algo en llamas, dejando estelas de humo gris. En seguida se escuchó otro estallido, y cuando nos acercábamos a prisa se escucharon tres más, en cadena.
Era un "chorizo" de siete cuartos, formaditos uno tras otro, para cortar el frío como los pingüinos. Cuando llegamos a la cercanía de la casa, la gente nos dice
"-falta que explote uno más, corran!!!-". El drama humano se desenvolvía frente a nuestros ojos: una mujer luchaba por volver al interior de su casa en llamas para rescatar lo poco que tenía de valor. Las paredes de cartón, techos de triplay con cartón enchapopotado, cobijas y ropa, todo ardió en instantes. Esto estaba tan lejos de cualquier lugar, que cuando llegaron los bomberos, no quedaba nada. Veintitrés personas vivían en esos seis cuartos con siete tanques de gas. Ese día aprendí lo que es el desapego. Mi papá regaló camas, colchones, cobijas, cojines, almohadas, mesas, jarras, ollas, platos. Lo que encontró que nos era esencialmente superfluo ( y ni tanto) salió por la puerta. "